se puede hablar del Trabajo Social y los Derechos Humanos desde distintas perspectivas. Una de ellas es la que elegí para desarrollar este artículo. Si partimos de la definición de derechos Humanos como los derechos inherentes a nuestra naturaleza, sin los cuales no podemos vivir como seres humanos, entonces podemos decir que cualquier profesión o actividad que se desarrolle con personas tiene que tener su fundamento en estos derechos.
La conciencia acerca de que los hombres poseemos dignidad y derechos propios comenzó a desarrollarse desde los orígenes de la humanidad, pero fue necesario que la dignidad del hombre se violara de modo inimaginable para que los derechos fueran reconocidos en formulaciones doctrinarias y legales.
El Siglo XX fue el escenario en el que Derechos Humanos y Trabajo Social se desarrollaron.
El Siglo XX ha sido el siglo de la declamación y consagración de los Derechos Humanos; pero también el de su violación. El Siglo XX ha sido el siglo en que el Trabajo Social se institucionalizó.
El Siglo XX fue el siglo que cobijó una forma de Estado - el Estado de Bienestar - que promovió y concretó los derechos humanos, especialmente los de segunda generación: derechos sociales y económicos. Fue ese Estado el que permitió la apertura de nuevos espacios profesionales para el Trabajo social, a partir de la institucionalización de las Políticas Sociales.
El Siglo XX fue el escenario de la crisis del Estado de Bienestar y su posterior reemplazo por el Estado Neoliberal Conservador, que desconoce las reivindicaciones alcanzadas gracias a enormes luchas de los sectores populares. Este nuevo Estado le plantea serios desafíos al Trabajo Social, pues la violación de los Derechos Humanos es moneda común y el trabajador social interviene en esas violaciones que se producen al nivel de vida cotidiana.
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